lunes, 6 de septiembre de 2010

Por un café.


9:15 am. La hora perfecta para tomar el segundo café del día. Y es que cuando algo se te hace un vicio quieres tenerlo pronto aunque ya lo hayas tenido horas o quizás minutos antes.
En el Café me traen los diarios. Me canso de leer sobre política o crímenes internacionales, prefiero leer el horóscopo, ver que pasó en farándula y cambiar. Los lunes son demasiado estresantes "per se", como para estresarme más viendo desgracias ajenas y lejanas tan temprano en la mañana.
Michael Buble en mi celular señala que Montserrat viene en camino. MmM, mejor la espero. Llegar a la oficina de nuevo sola y sin mucho que contar ademas de la reunión extraordinaria que tuvimos ayer en mi casa no tiene mucho sentido.
(Si, generalmente en los tiempos libres de oficina suelo alejarme un poco del tema "oficina" mismo. Es la unica forma de no volverme loca en un mundo donde de 8 a 6 de la tarde hablas del mismo tópico)
Amo las mañanas de relajo. Saludo en Twitter (se ha vuelto mi costumbre, como toda una señorita jajaja) tomo el mejor capuccino mirando el sol, llega Montserrat. Suena mi celular, Mauricio llama que tenemos reunion en la oficina a las 10. Suena el celular de la Montse, Arturo tiene listos los informes y los castings empiezan la proxima semana.
Pido una tapa para el café, paso a cargar la tarjeta Bip, pienso aun mas firmemente que necesito un auto, anoto en el celular que debo pasar a Lan y a Pluna a confirmar el cambio.
Se me olvidó que tenia que ir al banco. Tengo que llamar a la Rocío.
Se va difuminando el relajo.
Comienza el día lunes.

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